Valor

Valorizando la Fijación Biológica de Nitrógeno

FAO (1984) reporta las cantidades de nitrógeno fijado por cultivos leguminosos para grano y forraje.  Para soya indica que estas pueden ser de 60 a 168 Kg de nitrógeno por hectárea por año.  Hungría, et al, (2001) citan “Reportes de investigación con el isótopo de nitrógeno (15N), que cuantifica con precisión la contribución de N al suelo, permiten asegurar que las tasas de fijación de este cultivo se sitúan entre 60 a 250 kg de N por hectárea”. En esa misma publicación los autores muestran con sus ensayos de cuantificación que la contribución del complejo simbiótico soya/bradyrhizobium oscila entre 109 a 250 Kg. de N/ha., representando del 70% al 80% del nitrógeno total acumulado por las plantas.

La soya es un grano rico en proteínas; se estima que el nitrógeno contenido en el grano representa un 6.5% de su peso.  Los investigadores recién mencionados indican que para cada 1000 kg de grano producido se necesitan 80 kg de nitrógeno:  65 que se exportan del campo con los granos y 15 que quedan en raíces, tallos, hojas y vainas.
Podemos valorizar esta necesidad considerando que esta se cubriría totalmente por el aporte de fertilizantes químicos. La urea es el fertilizante químico que aporta más nitrógeno (un 46% de su peso) y en forma más barata (320 dólares/tonelada).  Producciones normales de 2 tn/ha demandan por hectárea unos 160 kg de nitrógeno, los que equivalen a casi 350 kg de urea o 112 dólares. Además, si tomamos en cuenta que la eficiencia de aprovechamiento de la urea por las plantas es de un 50 %, necesitaríamos unos 700 kg de urea por hectárea (a un costo de 244 dólares) para reponer el nitrógeno exportado en los granos.

Aun sin considerar otros costos, 244 dólares por hectárea representan casi todo el valor de mercado de esas 2 toneladas de grano: 290 dólares a 145 dólares/tn.  Esto quiere decir que reponer el nitrógeno extraído en los granos con fertilizantes químicos es económicamente inviable y también que, en definitiva, el cultivo de soya en forma sostenida solo es económicamente posible por el aporte de nitrógeno barato: el ya presente en el suelo + el capturado del aire vía fijación biológica de nitrógeno.
 

3-soyaNbolivia-foto8a

Foto 1:  Cultivo de soya produciendo con nitrógeno del aire.  Hacienda Curichi, Empresa Cereales del Este.  Verano 2005-06.

Y también, cuando hablamos del ahorro del nutriente mas importante para la vida humana, animal y vegetal, cual es el nitrógeno, nos basamos en la afirmación de que para cada tonelada de grano se requieren 80 kg de nitrógeno (Campo, R. J., 2000).  Como ejemplo, Bolivia el año 2001 ha exportado de sus campos 1.246.495 toneladas de soya (INE). Si con el uso de inoculantes se hubiese logrado toda esa producción con nitrógeno proveniente del aire habríamos ahorrado 99.720 toneladas de nitrógeno del suelo.  En urea (46% de nitrógeno, valuada en 320 dólares por tonelada) estos valores significan unos 69 millones de dólares o el 24.3% del valor de las exportaciones de soya y derivados de ese mismo año (INE).

Si ajustamos estos cálculos a una aseveración más conservadora que plantea que la soya estaría solamente aprovechando un 50 % de su requerimiento en nitrógeno gracias a la fijación simbiótica (Nakasato, R. et al. 2004), entonces, el ahorro es del orden de 35 millones de dólares, pero estaríamos alargando al doble la capacidad productiva de los suelos al evitar que el nitrógeno se convierta en un elemento limitante para la rotación.
 

  Inicio     Inoculación     Selección     Productos     Exportación     Nitrógeno     Reportes     Ensayos